En el pasado, las mujeres preferían a los hombres altos, fuertes, dominantes y capaces de matar a un animal salvaje con un garrote, para garantizarles la comida. Tiempo después, se inclinaron por los elegantes, cultos, amantes de los modales y dispuestos a cortejarlas con música, teatro y poemas compuestos a la luz de la luna.
La modernidad trajo consigo nuevos cambios en los gustos femeninos. En ese momento comenzaron a preferir a los hombres vanguardistas, a los que bailaban, a los que sacudían su melena como un símbolo de libertad o a los que querían ir al espacio y bajarles una estrella para colocárselas de prendedor.
Pero, una nueva era masculina ha llegado y con él un renovado icono del hombre sexi: el que lava los platos, trapea el piso, plancha la ropa, va al supermercado, busca a los niños al colegio y prepara la cena. Sí, las mujeres prefieren a los hombres capaces de dedicarse al hogar con soltura y hasta gracia. ¿Les sube la libido? No lo sabemos, pero estamos seguros que los hombres hacendosos tienen más probabilidades de conseguir pareja.
Esto se debe principalmente a que los roles en el hogar han cambiado en este último siglo. Un artículo publicado en la revista electrónica Everyday (https://www.everydayme.com.mx/familia/parejas/art%C3%ADculo/paradigma-del-nuevo-hombre-sexy-colaborador-en-el-hogar) sostiene que el nuevo paradigma de familia, o de pareja, obliga a que ambos sexos trasciendan la ya extinta idea de que las tareas del hogar son una labor femenina, y se incorporen a los quehaceres de la casa en igualdad de condiciones. Por ello, cada vez son más comunes los casos en que los hombres se ocupan de la limpieza y el cuidado del hogar, mientras las mujeres atraviesan en motocicleta la ciudad para asistir a su lugar de trabajo. “Hoy la responsabilidad es más compartida y es considerado cada vez más injusto que uno solo se encargué de todo”.
En este sentido, lejos de convertirse en un peso para los hombres, las tareas del hogar se han convertido en una forma no solo de contribuir con el bien de la familia o de las personas con las que se convive, sino también en un aspecto clave para mantener apetecibles para el sexo opuesto, quien valora positivamente esta capacidad. La mujer que comparte con un hombre hacendoso se siente más acompañada, respetada y comprendida, como si, de alguna manera, el otro se pusiera en el lugar que ella ha ocupado a lo largo de toda la historia de la humanidad.
Sintiéndose aliviadas al compartir las pesadas labores del día a día, las mujeres dedican más tiempo y espacio al placer y se muestran más dispuestas al erotismo. “Ver al hombre lavando platos, cocinando o barriendo, lejos de hacerlo menos masculino, lo vuelve más seductor a los ojos de la mujer”.
Fuentes: Everyday: www.everydayme.com.mx
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